Alebrijes de Oaxaca

 

 

Más que artesanía, algunos consideran a estas piezas como verdaderas obras de arte. El conocimiento para la elaboración de tallados en madera es un proceso que se adquiere de generación en generación. Los habitantes de Tilcajete nacen y crecen estrechamente ligados a la elaboración de figuras como parte del entorno familiar; viven entre las pilas de troncos de copal, con las herramientas, la pintura o el proceso mismo: el tallado, la pintada y la exhibición de piezas para la comercialización dentro de sus hogares. Así, niños y jóvenes van aprendiendo de los más viejos este oficio.

Algunos artesanos se dicen tradicionalistas por pertenecer a una cultura que guarda todo lo heredado de sus antepasados. Los abuelos hacían las piezas para el uso doméstico familiar; antes se preparaban pocas y se dice que eran objetos para el juego o utilitarios: juguetes para los niños, cucharas, bancos de descanso, yuntas, carretas, nacimientos, santos, angelitos y animalitos de la región, gatos, perros, burritos o caballos, aunque también se elaboraban elefantes, leones o jirafas. Del mismo modo se hacían máscaras de tigre para vender o de personajes para el carnaval. Se utilizaba, entre otras, el palo del tzompantle, madera que al parecer ya no existe en la región. Antes, elaboraban las piezas en blanco, sólo era la madera tallada sin pintar; los viejos comentan que las hacían al natural, rústicas, pero con el transcurrir del tiempo comenzaron a pintarlas con el tizne de las ollas y del camal, con lo que les daban "color". Poco después empezaron a pintarlas con anilina.